XVIII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA
MENSAJE DE LA ORGANIZACIÓN
Colegas, queridas amigas y queridos amigos:
Reciban un gran abrazo desde el Valle de San José de Costa Rica, en la América Central.
Muy entusiasmados con nuestro encuentro de octubre próximo, hemos trabajado en la planificación y organización del Décimo Octavo Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática, en celebración del trigésimo aniversario de FIADI y en homenaje a nuestro amigo y maestro Valentín Carrascosa López.
Abogado Juan Diego Castro Fernández
Presidente del Comité Organizador
3 DECADAS, 2 NUEVOS CONCEPTOS
Tres décadas después de nuestro de fructífera reunión de Santo Domingo, República Dominicana, los sueños y las propuestas han crecido y han multiplicado los proyectos y avances hasta llegar a los nuevos conceptos de IUSTIC y TICIUS… Derecho de las tecnologías de información y comunicación y Tecnologías de Información y Comunicación Jurídica.
Estos nuevos conceptos surgidos en la imaginación de los organizadores de este congreso, se encarnan en dos personajes de una nueva historieta: la joven abogada Iustic y su viejo profesor de derecho Ticius, simpáticos íconos de nuestra reunión, fascinados con el futuro de la Justicia, del Derecho y de la abogacía.
Nuestros debates girarán en torno a una propuesta de discusión transversal: El nuevo paradigma de la Justicia y del Derecho.
No tendría sentido al inicio del cuarto decenio de la FIADI, que nos concretáramos a la exposición algunas conferencias magistrales que nos van más allá de narrar algunos modestos avances en los derechos nacionales y unas cuantas novedades en el desarrollo de las tecnología aplicada al Derecho y a la Justicia.
MOMENTO CRUCIAL
Llegó el momento crucial, llegó la hora del cambio de paradigma, el instante del mismo inicio de una nueva concepción de la Justicia, del Derecho y del ejercicio de la abogacía.
Indudablemente el impacto de la informática, de internet y del desarrollo de la tecnología, han generado una acumulación de energía teórica y práctica que provocará un quiebre sorprendente en la teoría y la praxis legal y judicial.
Esta circunstancia histórica obliga a los juristas -‐que han estado en la vanguardia tecnológica de la investigación, la docencia y el ejercicio de la abogacía-‐ ha asumir un papel proactivo y comprometido en la construcción del nuevo Derecho y de la nueva Justicia.
Ha llegado el momento de asumir seriamente el desafío, postergado por tanto años, de los reclamos de la sociedad civil por una Derecho más cercano a la Justicia y una Justica más cercana a los grandes valores éticos, que superen los límites retóricos del principio de “acceso a la justicia” y de “justicia pronta y cumplida”.
El extenso panorama que se abre -‐sorprendente y sorpresivo-‐ a los ojos de quienes soñamos con un mundo mejor, nos permite no sólo plantear los álgidos problemas teóricos y prácticos a nivel jurídico y judicial, si no y sobre todo buscar las nuevas rutas a través de las autopistas tecnológicas y así abrir los caminos de la paz, la convivencia civilizada y el progreso humano, mediante el Derecho y la Justicia.